Es muy dificil a la hora de cambiar una cocina, saber cómo elegir entre placas de gas, vitrocerámica o inducción. No siempre es mejor el más nuevo, ni tampoco es peor el más antiguo… Cada uno busca lo que se adapte a su bolsillo y a sus necesidades, intentando saber cual es el que menos consume y con el que más facil resulta cocinar.
En este post vamos a exponer las ventajas y los inconvenientes de cada forma de placa para que cada consumidor decida con esta información cuál es la que mejor se adapta a sus necesidades.
PLACAS DE GAS
Puede funcionar bien con gas butano o gas ciudad. Este tipo de placa no resalta por su estética, pero suele ser muy efectiva a la hora de cocinar. Normalmente este tipo de placa siemrpe viene complementada con un horno de gas o eléctrico donde se situarán los mandos para su funcionamiento.
Las ventajas por las que puede ser la mejor opción son:
- Tardan menos en calentar los recipientes
- Consumen menos energía
- Se pueden usar diferentes tipos de recipientes
- La mejor forma de obtener platos tradicionales (guisos, potajes…)
Pero no todo son ventajas, también tiene inconvenientes:
- Se ensucia con facilidad y no los quemadores son difíciles de limpiar.
- El gas es delicado ante una posible fuga por despieste o por un fallo.
Tenemos más ventajas que inconvenientes, pero a cada uno le pesarán más unas razones que otra para elegir o descartar esta opción.
PLACAS DE INDUCCIÓN
Esta opción es la más nueva en el mercado y por tanto una de las más caras. Es similar a las placas de vitrocerámica, pero estas placas calientan por medio de un campo magnético que hace que se caliente el recipiente al contacto con el metal. La placa no genera calor en sí, por lo que se ahorra bastante energía y además son más seguras, puesto que no nos podemos quemar si ponemos la mano encima.
Sus ventajas son las siguientes:
- Tardan poco en calentar
- Gastan poca energía
- Son muy seguras, ya que el cristal de la placa se mantiene frío
- Son muy fáciles de limpiar
- Son programables
Pero como todo, también tiene inconvenientes:
- Es la más cara que hay en el mercado
- No todos los recipientes sirven en estas placas. Olvídate de cacerolas de aluminio o de barro.
- Para un guiso tradicional, no es la más adecuada
PLACAS VITROCERÁMICAS
Esta opción se trata de una opción intermedia entre inducción y gas, además es la que encontramos con más frecuencia. Calienta con unas resistencias situadas bajo el cristal vitrocerámico, por lo que el cristal si que se calienta y hasta un rato después de apagarlo sigue reteniendo el calor. Las ventajas con las que cuenta son:
- Son las más económicas en el mercado
- Son más limpias que las cocinas de gas, pero menos que la inducción.
- Compatible con todo tipo de recipientes (hierro, barro, aluminio…)
- Con el calor residual al apagar las placas se puede seguir cocinando.
Y ahora toca ver cuales son las desventajas:
– Tardan más en calentarse y en enfriarse
– Consumen más electricidad.
– Hay que limpiarlas con productos especiales para que no se raye.
Está claro que cada persona al igual que su cocina es un mundo, por lo que cada uno elegirá lo que cada uno crea conveniente. Aún así, esperamos que esta pequeña comparación entre un tipo de placa y otra te hayan servido para elegir la idónea para tu cocina.