Sin lugar a duda, entre los protagonistas en nuestras cocinas son los electrodomésticos, por lo que siempre debemos tenerlo a punto para una comida o cena improvisada.
Campana
En el caso de la campana extractora, se aconseja poner a hervir dos cazuelas con bicarbonato y agua durante una hora e ir retirando la grasa, según se vaya desprendiendo. Para casos más difíciles, lo mejor es desmontar los filtros y lavarlos a mano o en el lavavajillas, siempre que las indicaciones del fabricante lo permitan. También funciona pasar una bayeta humedecida en vinagre para eliminar cualquier resto.
Nevera
Comprueba que no haya manchas ni alimentos ‘olvidados’ en algún cajón y pasar una bayeta con agua caliente, lavavajillas y unas gotas de amoniaco. En cuanto al olor a comida, puede eliminarse pulverizando las paredes del frigorífico con una mezcla de zumo de limón y agua, dejando que actúe y retirarla al cabo de un rato. Además, como se ha abierto y cerrado tantas veces durante estos días, es importante limpiarla por fuera y eliminar huellas y manchas. Si las puertas son de acero inoxidable, frotar suavemente con aceite de oliva y limón da buen resultado. No hay que olvidar las juntas y la trasera.
Horno
Aunque los modelos pirolíticos cuentan con su propio sistema de limpieza, no está de más hacer un repaso en profundidad de manera que parezca que no se ha usado. Para ello se pueden utilizar tanto productos específicos como remedios caseros. Así, por ejemplo, limón y vinagre (un potente desengrasante natural) pueden ofrecer mucho juego. Tras retirar bandejas y rejillas, basta con pulverizar las paredes, dejarlos actuar y enjuagar. Si está muy sucio, un tratamiento de choque efectivo es la combinación de bicarbonato, agua y vinagre. En este caso, tras su aplicación es recomendable dejarlos actuar toda la noche. Asimismo, para que las rejillas recuperen su aspecto habitual, puede servir frotarlas con una bola de papel de aluminio.
Lavavajillas
Es recomendable limpiar el filtro para evitar que haya atascos y hacer lo mismo con las juntas, el dispensador del detergente, las aspas y las ranuras. Después, conviene seleccionar un programa a alta temperatura y realizar un lavado en vacío. Si además de añade un vaso de vinagre blanco, la desaparición de los restos de grasa está asegurada.
Lámparas
Son uno de los puntos ‘negros’ en cuanto a suciedad se refiere, ya que actúan como auténticos imanes para atraer la grasa y los humos. Para que vuelvan a lucir impecables, se pueden limpiar con un producto desengrasante o una solución de agua y amoniaco al 50% y secarlas bien. Para las de fibras vegetales es mejor eliminar primero el polvo con el aspirador a baja potencia y quitar las manchas con una bayeta húmeda. Las lámparas hay que limpiarlas siempre a pagadas o incluso desconectadas de la red eléctrica.
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