Maduras y te das cuenta de que te encuentras en el mejor momento de tu vida. La seguridad en ti mismo ya está afianzada y conoces todo aquello que te sienta mejor. ¿Cómo se traduce todo esto en tu casa?
Has comprendido el secreto y la naturaleza de tantas cosas, que tienes muy claro lo que te sienta mejor a ti y a tus alrededores, es por esto que sabes perfectamente lo que le viene mejor a cada rincón de tu casa. Ya no te vale con compartir un piso molón como cuando tenías 20 años, ni conformarte con cualquier cosa con tal de independizarte con tu pareja, ahora tienes muy claro lo que quieres en tu casa.
1.- Los colores no son lo esencial
Siempre has pensado que la mezcla de muchos colores te encantaba, hasta que vas dándote cuenta de que cada casa que ves en revistas de decoración, esa en la que no te importaría vivir, no predominan muchos colores. Tienes que buscar un color dominante y a ser posible suave y combinarlo con detalles de otro color secundario.
2.- Solo un toque especial, no más de uno
Al fin has comprendido que no puedes cargar tu casa de detalles para llamar la atención, porque terminarán por no hacerlo. En cambio, si solo usas un detalle en cada estancia, toda la atención será para ese detalle.
3.- Un básico infalible
Al igual que posees en tu armario prendas muy básicas que sabes que te quedan como un guante, debes saber que esto pasará también en la decoración de tu casa. Hay un básico del que no te vas a desprender nunca, por lo que debes saber elegir bien. Y te preguntarás ¿cuáles son esos básicos? Pues está la ducha, el sofá, la cama… en cada habitación encontrarás un básico.
4.- El complemento perfecto
Al igual que te decíamos que tienes tus prendas básicas favoritas, también tienes los complementos perfectos para cada ocasión. En el salón, los cojines te ayudarán a renovarte sin tener que cambiar el sofá. También sirven para renovar tu cama, pero sin excederte en el número de cojines.
5.- Experimenta
Pero ya no experimentas a lo loco. Solo experimentas en un espacio pequeño y teniendo la seguridad de que lo que coloques en ese rincón se convertirá en imprescindible para ti.
6.- Natural como la vida misma
Sabemos que con la edad te cuidas más, has cambiado tu dieta por una más saludable y procuras hacer ejercicio. Por lo que sabemos que en tu casa también empezarás a buscar lo más natural y dejarás de lado lo artificial. Dosis mínimas de poliéster y bienvenidos algodón, lino, lanas…
7.- Decoraciones terapéuticas
Has encontrado una actividad para el estrés. Pintas muebles o te dedicas al punto para la decoración del hogar. Has visto que las cosas bonitas te dan la felicidad y más si te sabes que lo has hecho tú mismo.
8.- El espejo es esencial
Aquí el tamaño sí importa. Sabes que ya no te vale un pequeño espejo en cualquier rincón, ahora lo que necesitas es un gran espejo y en una zona donde puedas verte cada mañana tal como eres y saber que te gustas así.
9.- Los clásicos ya no te dan pereza
Has descubierto que lo antiguo ennoblece tu casa. Cada vez estás más a favor de una manta a cuadros o una lámpara señorial, sí a todo lo antiguo y vintage. Convierte tesoros de tu familia en parte de tu casa.
10.- Tu propio rincón
Te mereces tu propio espacio, sólo para ti. Tu escritorio, tu vestidor, tus libros encima de una mesilla… son tu manera de desconectar y de sentirte feliz en tu mundo.
Y tú, ¿tienes claro a tu edad lo que te gusta en casa?